La realización de investigaciones sanitarias en modelos animales es vital para promover estudios biológicos y médicos y permitir el análisis de las vías moleculares y fisiopatológicas de las enfermedades y condiciones patológicas. Estos modelos hacen posible la reutilización de medicamentos aprobados para afecciones para las que no estaban destinados originalmente y el desarrollo de nuevas terapias.
Los roedores son los modelos más comunes de enfermedades humanas, pero los estudios que utilizan estos modelos se ven obstaculizados por las diferencias relacionadas con las especies y las preocupaciones éticas y presupuestarias, por lo que se necesitan modelos alternativos, estrechamente relacionados con la fisiología humana y las patologías de las enfermedades.
Ahora, investigadores de BIU han desarrollado una nueva plataforma para modelar enfermedades musculares humanas en el gusano Caenorhabditis elegans (C. elegans). La especie es un pequeño nematodo de aproximadamente un milímetro de largo que se utiliza como organismo modelo no humano para ayudar a los científicos a comprender los procesos biológicos. La innovación promueve el estudio de enfermedades de una manera versátil y escalable, abriendo la puerta a enfoques más personalizados para el modelado de enfermedades.
El equipo de investigación fue dirigido por la profesora Chaya Brodie, de la Facultad Goodman de Ciencias de la Vida y el Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados (BINA) de BIU, y el profesor Sivan Korenblit, de la Facultad Goodman, en colaboración con el Dr. Amir Dori, especialista en distrofia muscular del Centro Médico Sheba en Tel Hashomer. Acaban de publicar su estudio en la revista Disease Models and Mechanisms bajo el título «Cross-species modeling of muscular dystrophy in Caenorhabditis elegans using patient-derived extracellular vesicles
Recolectaron vesículas extracelulares (vesículas derivadas de células rodeadas por membranas que transportan moléculas bioactivas y las entregan a las células) de pacientes con distrofia muscular de Duchenne y las transfirieron a gusanos C. elegans. Los resultados fueron notables, ya que los gusanos desarrollaron una atrofia muscular muy similar a los síntomas humanos.
Este logro fue posible gracias a un enfoque novedoso que utiliza vesículas extracelulares derivadas de muestras de sangre tomadas de pacientes. «A diferencia de los métodos tradicionales que se basan en modificaciones genéticas en organismos modelo, esta técnica se basa en elementos secretados en la sangre», explicó el estudiante de doctorado Rewayd Shalash, quien llevó a cabo la investigación con la estudiante de doctorado Coral Cohen y el Dr. Mor Levi-Ferber.