Diecisiete destacados profesores de la Universidad Bar-Ilan han sido reconocidos con el Premio a la Excelencia Docente 2025 por su innovación en la enseñanza, su activa implicación en la mejora del aprendizaje departamental y sus niveles excepcionalmente altos de satisfacción estudiantil en las encuestas anuales de docencia de la universidad.
Los momentos que hacen que la enseñanza tenga sentido
El profesor Stas Borov (Departamento de Física) describe sus momentos favoritos en el aula:
«Cuando intentas explicar un concepto matemático o físico abstracto y de repente ves ese destello de comprensión en el rostro de un estudiante; Ese momento en que ven la belleza que tú ves. Es entonces cuando sabes que realmente has conectado.»
El Dr. Limor Gabay-Egozi (Departamento de Sociología y Antropología) recuerda un momento especial fuera de los muros universitarios:
«Una vez conocí a un antiguo alumno que ahora enseña en la escuela de mi hijo. Ella le dijo a su clase que yo soy la profesora que siempre decía: ‘Los errores son oportunidades.’ Escuchar eso fue profundamente conmovedor.»
Para la Dra. Elai Rettig (Departamento de Ciencias Políticas), la magia suele ocurrir más allá del aula:
«Cada vez que recibo un mensaje de un antiguo estudiante, me recuerda que he sido una influencia positiva en su vida. Esos son los momentos que más importan.»
La Dra. Uri Sharon (Facultad de Derecho) comparte una historia poderosa:
«Un antiguo estudiante me contó una vez que el proyecto que desarrolló bajo mi dirección le llevó a fundar una startup de energías renovables. Ver cómo una idea académica se convirtió en algo que beneficia a la sociedad y al medio ambiente fue increíblemente gratificante.»
La alegría del reconocimiento
Para el Dr. Ilya Ulevsky-Arad (Departamento de Química), lo más destacado llega al final de cada semestre:
«Cuando se termina el tema final, los estudiantes aplauden, se acercan a hablar y comparten lo que sintieron durante el curso, esos momentos de gratitud y conexión lo son todo.»
Avital Fried-Cohen (Departamento de Física) añade:
«Una vez imparti un curso muy difícil donde los estudiantes estaban ansiosos por suspender. Trabajé duro para aclarar el material, grabé las sesiones, respondí a todas las preguntas. Cuando vi su feedback al final del semestre, estaba lleno de aprecio. Eso significó el mundo para mí.»
Si no fueran profesores…
Muchos de los galardonados compartieron lo que podrían haber hecho si no hubieran elegido la academia.
El profesor Danny Horash (Departamento de Psicología) dijo:
«Si no fuera profesor universitario, probablemente sería veterinario. Es algo que siempre me ha parecido fascinante y significativo.»
La Dra. Limor Gabay-Egozi admite que una vez soñó con viajar por el mundo:
«Cuando era más joven, quería ser guía turística en el extranjero. De alguna manera, todavía viajo, asisto a congresos, me reúno con colegas y exploro ideas.»
El Dr. Elai Rettig se imagina a sí mismo en la diplomacia:
«Probablemente estaría en el Ministerio de Asuntos Exteriores, representando a Israel en el extranjero.»
El Dr. Uri Sharon cree que seguiría luchando por el cambio:
«Lo más probable es que sea abogado medioambiental, activista que trabaja para proteger el planeta.»
Y Nadav Toledano (Facultad de Medicina) dice que, incluso mientras ejerce la fisioterapia, sigue encontrando tiempo para su otra pasión: la escritura.
Un legado familiar en la enseñanza
Para algunos, la enseñanza es algo de familia.
El Dr. Gassan Muadi (Facultad de Medicina) explica:
«Vengo de una familia donde la educación forma parte de quienes somos. Mi padre enseñó árabe durante muchos años, mi hermano y mis hermanas son profesores—está en nuestro ADN.»
¿Qué hace a un gran profesor?
La Dra. Helit Arel-Brodsky (Escuela de Trabajo Social) considera que la pasión es clave:
«Mi amor por el campo es contagioso, entra conmigo en la sala.»
La Dra. Shay Bel (Facultad de Medicina) está de acuerdo:
«Creo que fui elegida por una razón sencilla: me encanta lo que enseño.»
El Dr. Ilya Ulevsky-Arad añade:
«Siento una profunda pasión por lo que hago y me encanta compartir esa emoción con los demás.»
El Dr. Eliyahu Elsheikh (Departamento de Estudios del Medio Oriente) dice:
«Un gran profesor hace que el material sea relevante para la vida de los estudiantes. La emoción es una parte fundamental del aprendizaje: lleva la implicación a otro nivel.»
El profesor Stas Borov añade:
«Se trata de preocuparse—de preocuparse que los estudiantes salgan de la clase sintiendo que las cosas fueron claras y significativas.»
La magia del aula
La Dra. Clila Magen (Escuela de Comunicación) capta de forma hermosa la esencia de la experiencia en el aula:
«Hay magia en ello. El material siempre es el mismo, pero cada clase respira de forma diferente: está viva, es dinámica, se renova constantemente.»
La Dra. Shani Levi-Shimon (Facultad de Educación) añade:
«Amo lo que enseño y creo profundamente en ello. El conocimiento en sí importa, pero también lo es su poder para moldear el crecimiento humano.»
Redefiniendo la «Excelencia»
El profesor Kimi Kaplan (Departamento de Historia Judía) define a un estudiante excelente como:
«Alguien que no se rinde, que discute, que no tiene miedo de discrepar.»
Para Avital Fried-Cohen:
«Una estudiante excelente es inteligente, trabajadora y curiosa.»
Y el Dr. Arel-Brodsky cita a la poeta Eeva Kilpi: «Los que tienen la mente abierta—los que saben hacer preguntas.»
Innovación y crecimiento
La Dra. Esther Schupak (Departamento de Literatura y Lingüística Inglesa) sitúa la innovación en el centro de su enseñanza:
«Para mantener viva la enseñanza, tiene que evolucionar—a través de la tecnología, nuevos métodos e ideas creativas.»
Recuerda un proyecto de clase especialmente memorable:
«¡Mis alumnos crearon un chatbot basado en los personajes de Shakespeare! Me entusiasma que las herramientas de IA ahora nos permitan enriquecer el aprendizaje y preparar a los estudiantes para el futuro.»
El Corazón de la Excelencia
Los conferenciantes galardonados de la Universidad Bar-Ilan demuestran que la enseñanza excepcional crece en la intersección del conocimiento profundo, la pasión auténtica y el valor para evolucionar. No solo enseñan: moldean vidas, inspiran mentes y nos recuerdan que, aunque el material pueda cambiar, la conexión humana en el corazón del aprendizaje nunca cambia.
Además de los premios individuales, el Departamento de Filosofía Judía y la Escuela de Educación recibieron reconocimientos institucionales por excelencia docente.
También se otorgaron menciones honoríficas a los departamentos de árabe, criminología, física y inglés como lengua extranjera.
