Revolucionaria y prometedora, la inmunoterapia potencia el sistema inmunitario para combatir y erradicar las células cancerosas. Un equipo de investigación de BIU investiga cómo lograr esto mejor.
Revolucionaria y prometedora, la inmunoterapia potencia el sistema inmunitario para combatir el cáncer. A diferencia de la quimioterapia que ataca tanto el tejido sano como el enfermo, la inmunoterapia es más natural y menos agresiva, concentrándose únicamente en las células cancerosas.
La profesora Cyrille Cohen , directora del Laboratorio de inmunología tumoral e inmunoterapia de la Facultad de Ciencias de la Vida Mina y Everard Goodman de BIU , espera que la inmunoterapia se convierta en el enfoque más utilizado para el tratamiento del cáncer. Ya afirma que los medicamentos inmunoterapéuticos autorizados superan en número a los medicamentos quimioterapéuticos.
«La inmunoterapia estimula el sistema inmunitario para sanar el cuerpo», explica Cohen. Gran parte de la investigación reciente sobre el cáncer se centra en la respuesta inmune a las células enfermas. El papel del sistema inmune es proteger nuestro cuerpo contra los invasores. Sin embargo, las células cancerosas no son cuerpos extraños. Se desarrollan en nuestro cuerpo «.
Pero, ¿puede nuestra respuesta inmune prevenir efectivamente el crecimiento de lo que es esencialmente parte de nuestro propio cuerpo? Aunque nuestro sistema inmune es capaz de destruir las células cancerosas, el cáncer generalmente es lo suficientemente fuerte como para resistir la respuesta inmune. En consecuencia, Cohen ha desarrollado varios enfoques de inmunoterapia que pueden fortalecer o modificar genéticamente nuestro sistema inmunitario, para inducirlo a actuar contra la enfermedad.
«Una de nuestras mayores hazañas ha sido estabilizar el receptor de células T, para mejorar sus capacidades de detección», señala Cohen, al observar que los linfocitos T son células inmunes altamente sensibles que son capaces de discriminar entre células sanas y enfermas.
El equipo de Cohen también trabaja en la calidad de la respuesta inmune a las células cancerosas. En los últimos dos años, se han inyectado anticuerpos recientemente desarrollados en pacientes, que impiden físicamente que las células cancerosas secreten sustancias que reprimen la respuesta inmune. El equipo «enseña» a las células T para «evitar» que las células infectadas las repriman.
El próximo desafío es la medicina personalizada. Actualmente, incluso el estudio de la inmunoterapia se encuentra en un punto en el que debe adaptarse personalmente a cada paciente, en un intento de minimizar los efectos secundarios nocivos. La importancia de estos estudios es que los científicos de hoy tienen las herramientas para combatir el cáncer de forma natural en lugar de químicamente. «Si descubrimos los problemas», dice Cohen, «podríamos mejorar la respuesta inmune y combatir la enfermedad de manera más efectiva».